Porcs

Matallops es un pequeño pueblo de casi quinientos habitantes, situado en la falda del acantilado del Prepirineo. En 1992, concretamente la misma tarde de la inauguración de los Juegos Olímpicos de Barcelona, llega Andrés Massot, más conocido como el quisco, un agrio y sucio matador de cerdos que vive en una vieja y deplorable masía y que vuelve de Cuba acompañado de su esposa, la Maylin. Pero la vida de Andrés a Matallops es tan primitiva que la pobre chica no puede pasar ni una sola noche. Esta será la última desgracia que el débil entendimiento del quisco podrá soportar. Mientras tanto, su hermano mayor vuelve inesperadamente después de más cincuenta años de no saber nada, y juntos llevan a cabo una serie de venganzas despiadadas por los agravios que ha sufrido la familia desde la Guerra Civil, tiempo en que el mayor de los Massot se emboscó por no tener que ir a la guerra.