Humanum est

En un viaje a Roma nació Claudi Valeri, el heterónimo ponsiano cuya voz nos llega de un pasado presente y que se expresa en epigramas. Hijo único, rico por herencia pero sin ningún interés por los negocios, no creyó en dioses ni en otras vidas, y sus dos grandes pasiones, la poesía y el amor, le hicieron fiel a muchas musas. Escribió de forma innata, vital, como quien respira, buscando siempre la brevedad y la concisión, y estos versos, que llevaba en la sangre, son el último vestigio de su existencia, poética, claro, pero aún así absolutamente real.