El cine de Luis Buñuel
VV.AA.
Ateo por la gracia de Dios, según le gustaba decir, y leyenda del cine por la gracia de un talento que le ha convertido en el único español imprescindible de la historia del séptimo arte, Luis Buñuel era un provocador nato, un artista inclasificable, siempre turbador, ancestral y dinamitador implacable de todo tipo de convenciones. Cada espectador que haya sido atrapado en la magia, la hipnosis, el desasosiego, el humor, el sarcasmo y la poesía de este insólito e incendiario director poseen su Buñuel favorito. Habrá quienes se sientan fascinados por el joven cineasta adoptado por París y abarrotado de brutalidad y pasión surrealista de "Un perro andaluz" y "La edad de oro". Otros se dejarán seducir por esas películas de su etapa mexicana filmadas con cuatro pesos y toneladas de ingenio: "Los olvidados", "Nazarín", "Él", "La joven", "Abismos de pasión"... O por las obras del Buñuel oscarizado y glorificado que rueda en Francia con grandes medios, tiempo y los actores más prestigiosos las sofisticadas "El discreto encanto de la burguesía", "El fantasma de la libertad" y "Ese oscuro objeto del deseo". Y todos se dejarán seducir por "Viridiana", "Belle de jour" y "Tristana", tres obras maestras que siguen llevando el sello de la genialidad y de un espíritu irreductible. Los textos de André Bazin, Vincent Canby, Raymond Durgnat, Roger Ebert, Peter Hogue, Pauline Kael, Anthony Lane, Alberto Moravia, Jonathan Rosenbaum, David Thomson y François Truffaut, entre otros autores, constituyen una lúcida mirada a un cine antropológico más cercano al ensayo, la poesía y la pintura que a la novela.