Ucraïna, mon amour

La invasión militar rusa obliga a Rosalía a abandonar la ciudad de Lviv -donde trabaja de traductora- y regresar a Barcelona. Ya en casa, descubre que para ella todo ha cambiado. Ya no se entiende con su exmarido, ni con sus amigos comunes, vinculados desde siempre al movimiento pacifista. Las noticias de la guerra y las llamadas a las amistades ucranianas acaparan su atención, hasta el punto de sentirse medio extranjera en Catalunya, que ve como un país atascado en el marasmo. Pero dos voces le hacen compañía. La de su padre -muerto meses atrás-, con quien comienza un diálogo nocturno que le revela aspectos de sí misma, y la del escritor que traducía cuando estalló la guerra, Isaac Bashevis Singer, que la guía por los caminos de la ironía, la protesta y la compasión. Día a día, semana a semana, Rosalía recompone la relación con las amigas de juventud, con quien establecerá un puente con las voces que le llegan de Ucrania.