Todos deberíamos romper

Esta es una novela del desamor en la que podemos identificarnos plenamente con la voz de Nadia, su protagonista, que se despliega generosa y frágil a lo largo de sus páginas. En éste libro hay algo de relato imaginario, pero la travesía del desengaño da paso a un mundo nuevo, donde la realidad se presenta llena de oportunidades y de percepciones olvidadas, propicia al reencuentro con una misma. La soledad es aquí un territorio infinito en el que reinventarse, donde mirar las cosas como se miran por primera vez. La intimidad se mezcla con el afuera y el libro se llena de estampas, sonidos y olores, diálogos robados y observaciones sobre la ciudad y sus gentes con profundidad y ligereza.