La parada

Ningún escritor catalán no ha retratado nunca como Ruyra los miedos, los deseos, las pesadillas, ni ha dado tanta fuerza a las miradas: el llambrec fugaz y decisivo del enamoramiento; la mirada lacerante de la pobreza; la mirada de espanto que los gerundenses dirigen al cielo cuando se acerca el fin del mundo; los ojos penetrantes de Jeroni Baltrons, que le permiten desenmascarar las interioridades más profundas de las almas humanas; y, naturalmente, en el relato que da nombre al libro, la ilusión de la aventura que compartimos con Ramon, Lluís y Xanet cuando montan una parada para cazar pájaros en el corazón de la noche y deben hacer frente al despiadado Llambregues. Por eso, y por muchas cosas más que descubriréis, La parada sigue siendo uno de los libros capitales de la tradición narrativa catalana.