La innocència del pare Brown

El padre Brown, este cura bajito y gordo y de aspecto ingenuo, que se mueve acompañado por su paraguas, tiene una de las capacidades deductivas más extraordinarias de toda la literatura de intriga. G. K. Chesterton concibió a su detective a la sombra de Sherlock Holmes, aunque allí donde el prodigio de Conan Doyle usa la frialdad de la lógica y de los detalles científicos para descifrar los enigmas, el padre Brown pone en primer lugar la intuición a la vez que despliega el saber moral de quien ha pasado muchas horas dentro del confesionario. El padre Brown nos convence de que todas las fechorías de los hombres se derivan de haber traicionado algunas obvias y olvidadas verdades elementales. Sin la sagacidad del moralista, la lógica y la deducción están abocadas al fracaso. Sin embargo, la turbia magia de los misterios de Chesterton se resuelve siempre con explicaciones de este mundo terrenal, y nunca apelando a los milagros oa la metafísica.