Els nostres germans ferits

Estamos en Argel, en 1956. Fernand Iveton, un joven revolucionario, pone una bomba en unos talleres en las afueras de la ciudad. Ha elegido un sitio apartado para que no haya víctimas: se trata de sacudir a los espíritus, no a los cuerpos. Sin embargo, es arrestado antes de que el artefacto explote. Nadie ha muerto ni herido y le acusan de intento de sabotaje. Sin embargo, es condenado a la pena capital por un gobierno que no puede tolerar que un pied-noir se alinee con los oprimidos. Iveton pasará a la historia como el único europeo guillotinado en la guerra de Argelia. Lírica y trepidante, la novela relata el interrogatorio, la detención y el juicio de Iveton, al tiempo que evoca su niñez en Argelia y los días felices de la vida cotidiana. Porque antes de ser el héroe o el terrorista que la opinión pública vio en él, Iveton fue un idealista que amaba su tierra, su mujer, sus amigos, la vida... Y la libertad que esperaba para todos los hermanos humanos. Cuando la justicia se mostró indigna, la literatura puede buscar la reparación. Joseph Andras, con un estilo vívido e implacable, le rinde homenaje a la vez que cuestiona los puntos oscuros del conflicto argelino en la narrativa francesa.