El fantasma de Lerroux

Alejandro Lerroux fue un publicista y político republicano que impulsó su carrera confrontándose a un catalanismo en ascenso. Reavivando un ambiente envejecido como era el republicanismo barcelonés de principios de siglo y cultivando sus relaciones con la clase trabajadora, Lerroux se impuso como un núcleo de poder. Su legado, conocido con el nombre de lerrouxismo, se emplea desde entonces como sinónimo de divisionismo, de atizar el resentimiento de las capas más bajas y de la inmigración en contra del nacionalismo catalán. Sin embargo, la historia de un malvado forastero pagado por Madrid que viene a Catalunya para incendiar iglesias y destruir la armonía social ha distorsionado su herencia. En la lucha histórica entre las fuerzas que quieren liberar el potencial humano y las que quieren mantenerlo sujeto a los intereses de un grupo reducido de personas, la estrategia lerrouxista consiste en liquidar las ansias de libertad de los catalanes usurpando la agencia de los más débiles , sean éstos los obreros, los pobres, los inmigrantes o, ahora mismo, los independentistas. Una política hecha desde dentro y desde fuera, que no puede asociarse a ningún partido ni a ninguna facción concretos y que ha ido pasando el relevo de generación en generación. El fantasma de Lerroux expone algunas ideas, prácticas y lecciones que pueden extraerse del legado lerrouxista en la política catalana actual, lecciones que se pueden absorber como antídoto y también como recordatorio de que los fantasmas suelen poblar la imaginación de aquellos que están más predispuestos a verlos.