Cims borrascosos

Cuando el señor Loockwod llega a Cumbres borrascosas para hablar con el propietario de esta finca, el señor Heatcliff, quien le ha alquilado durante una temporada otra propiedad suya, la ama de llaves le cuenta la historia de estas casas y de las familias que vivían allí. En la mansión de Cumbres borrascosas, vivía antes el señor Earnshaw con dos hijos: Hindley y Catherine. Después de un viaje, el padre regresó a la finca con un niño huérfano que había encontrado por las calles de Liverpool, que llamaron Heathcliff y que, de entonces, debía ser tratado como un miembro más de la familia. Catherine y Heathcliff, salvajes y salvajes, se convirtieron en inseparables, y se pasaban los días corriendo por los páramos con el viento en la cara. Al morir el padre, Hindley heredó la mansión y relegó a Heatcliff a la posición de sirviente, por lo que, aparte de las humillaciones constantes recibidas por parte de Hindley, Heathcliff se fue convirtiendo en un joven cada vez más violento y trágico. Con la intención de que su hermana haga un buen matrimonio, Hindley alienta a Catherine a relacionarse con sus elegantes vecinos, Edgar y Isabella Linton, pero ella no puede evitar sentirse íntimamente ligada a Heatchliff, pero aunque también se siente halagada por los cuidados del distinguido Linton, un joven amable y bondadoso.