Robinson, Michelle

Robinson, Michelle

Michelle Robinson, de espíritu intrépido, ya de joven le encantaba leer e inventar historias; además de disfrutar de todas las posibilidades que le ofrecía la campiña inglesa. Al ingresar en la universidad consiguió su primer trabajo como redactora, aunque tuvo que compaginarlo con otros trabajos no tan vocacionales. Sin embargo, en su tiempo libre comenzó a escribir pequeñas historias. Unos años después conoció a otros autores de literatura infantil como Malachy Doyle, quienes la ayudaron a encontrar a un agente literario que aseguraría la publicación de su primer libro.