Xella, Greta

 
Xella, Greta

Greta Xella desde hace muchos años intenta obtener la residencia en la amígdala de Jodorowsky y, mientras tanto, sigue su lucha contra la maldición del signo perpetuo, una condición bastante común que hace que, si no dibujas nada durante un rato, tu vida se acabe. Obsesionada con la psicología, el misticismo y las luces de Navidad, se sugirió a sí misma que podía ser terapéutico empezar a escribir historias, en las que hacer converger toda la bilis obsesiva que la posee para convertirla en algo bueno.