Morts al peu del Reial Alcàsser

Hacia finales del siglo XVI, Jaume Plagumà, portavoces del rey, el juez Pere Joanola y el fiel criado Simó van a Madrid, la nueva capital de Felipe II, invitados por el conde de Almenar a la boda de su hija. Una vez llegados, la Condesa Viuda de Almenar expresa su disgusto a Plagumà porque su hijo y su joven quieren casar a su nieta de forma inapropiada, a su juicio. El novio es el conde de Valverdín, quien según la Condesa Vídua está hechizado porque se ha querido casar dos veces y las dos novias han muerto repentinamente la noche antes y, naturalmente, la dama sufre por la vida de su nieta. Plagumà, que debe ser el padrino de la novia, se encontrará en la corte española con el tropiezo de tener que resolver lo que parece un caso de asesinato múltiple sin tener el amparo de la jurisdicción, porque él es portavoces del rey, pero sólo en Cataluña. En Muertes al pie del Real Alcázar descubriremos cómo el ingenio de Jaume Plagumà sobresale por encima de las competencias políticas y los retortijos cortesanos.