La veritat no està escrita

El expolio del románico de las iglesias del Pirineo, un amor apasionado al pie del Tibidabo o el misterio de un extraordinario falsificador de arte forman esta novela ambientada en una Barcelona que, a finales del siglo XIX, se convirtió en una metrópoli europea gracias a las fortunas acumuladas con el esclavismo por algunos de sus ciudadanos más ilustres. Es decir ciudad financiada con una parte de ese dinero perverso. La historia fascinante ya la vez trágica de la maravillosa colección de arte de Catarineu, con más de cuatro mil piezas reunidas con pasión durante años, y su desaparición, está profundamente ligada a esta ciudad que calla de donde viene, en las heridas de la Guerra Civil y en los trapicheos económicos del franquismo. Y demuestra que, todavía hoy, la clase alta nunca pierde por completo. "¿Cómo se ha atrevido, Lolita, a escribir algo como esto de su familia? Respondo: porque no hablo de mi familia, sino de mi país", leemos en la novela. Con una extraordinaria fuerza narrativa, una gran ternura en el retrato de los personajes y una enorme valentía, Lolita Bosch revela en La verdad no está escrita nuestro pasado más vergonzoso y remueve la conciencia de una Barcelona donde todavía hoy la memoria histórica nos parece una impertinencia.