Nicolás de Lekuona dejó una obra en la que todo fue comienzo. A través de técnicas y soportes diversos, sus escasos años creadores fructificaron entre la experimentación artística y la introspección subjetiva. Ambas dimensiones, su actitud vanguardista –en precoz consonancia con las poéticas internacionales– y su pathos intimista, se fraguan en la intuición del arte como juego (a veces liviano, trágico otras).
El joven Lekuona juega a hacer nacer lo que no sabe qué será; ni qué hará con lo que nazca; ni para qué lo hace, ni cómo hacerlo que no sea haciéndolo. Un juego en el que artista prende con medios diversos el polvorín de su subjetividad. En este sentido, aunque evitando incurrir en los excesos biográficos, se impone tener en cuenta tanto sus vivencias y entusiasmos como las circunstancias familiares y sociales que lo acompañan en sus proyectos artísticos, procurando así acceder a los entresijos de un legado permeado por el humor, la melancolía y una cierta conciencia trágica que pareciese por momentos anticipatoria. Lekuona dedica su vida a su arte, y es su arte el que da horizonte comprensivo a su propia vida.
Este libro se publica con motivo de la exposición que con el mismo título se presenta en el Centro José Guerrero de Granada en el verano de 2024.
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