Academia del Hispanismo, 2020
(Biblioteca de escrituras profanas ; 69)
(Publicaciones académicas)
276 p.
9788417696337
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El origen de estas compilaciones, los florilegios, se remonta a la propia Antigüedad clásica con la que enlaza la tradición medieval y llega hasta el Renacimiento. Su función inicial es la de proporcionar cierta cultura literaria tanto en la etapa escolar, como en una posterior de formación intelectual, aunque, como veremos en los estudios que se recogen este libro, en el Renacimiento se amplía este objetivo para abarcar más aspectos que el puramente literario y ponerlos a disposición de los usuarios de la época.
En los albores del siglo XVI la presencia de los autores clásicos en la cultura occidental era abrumadora, como consecuencia de dos siglos, desde Petrarca (1304-1374) hasta Marsilio Ficino (1433-1499), de contacto y recuperación de manuscritos, ediciones y comentarios que pusieron a disposición de la sociedad un enorme caudal de conocimientos de gran calidad. Esta irrupción de nuevos textos también contribuyó a renovar las enseñanzas hasta generalizar los studia humanitatis, así como a dejar de considerar la Antigüedad clásica como un repositorio de conocimientos al que recurrir insistentemente para dignificar la propia cultura en cuanto que continuum. A diferencia del Medievo, en el Renacimiento se intentó comprender la civilización grecorromana como un mundo diferente, coherente y superior al de su época.
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