Yggdrásil, el árbol, es el centro del universo de la cosmología nórdica. Su inmensidad traspasa los nueve mundos. Regado por las Nornas, los espíritus del destino, el árbol —probablemente un fresno— conecta la tierra con la morada de los dioses. De una fuente en su base mana el conocimiento. Atacado por el dragón Nidhöggr y por insectos que lo intentan carcomer, protegido por el dios Heimdall, es la morada de un águila, una ardilla y cuatro ciervos. Es el árbol en el que Odín colgó durante nueve días. Este es el eje alrededor del cual se arma Yggdrasil, el poema de Tapiador. Una metáfora transparente, la del árbol sagrado como axis mundi, el «eje del mundo» que comunica los espacios interiores y los exteriores, lo divino y lo humano y también, por qué no, las ciencias y las letras” |