Los poemas de “Vivir en el Leteo” se fundamentan en la hondura de la percepción y la relación lírica que se establece entre las evocaciones arquetípicas, con una riqueza de imágenes que abundan en referencias pictóricas, literarias, musicales o cinematográficas, y la vida cotidiana, para rescatar el valor de la sonoridad y la imaginación plenamente verbal donde tiene sitio la muerte y el amor, el abandono y la memoria como partes de un discurso total en el que se encuentran los tiempos y los escenarios superpuestos. Todo ello supone una realidad autónoma personal, en la que se percibe una mezcla de rabia o inconformismo y melancolía con ráfagas de nostalgia |