Habla Víctor Vázquez de metales en estos versos. Enlaza así con su poética anterior, de delicadeza heridora de anzuelos. Herrumbre, escamas de dureza metálica, armaduras sobre la piel. También pronuncia un osario que recubre los tejidos blandos que son el yo, el cuerpo amado y el poema. Sin embargo existe, en las córneas de este Valeria o el vértigo, el metal que se escinde sin aristas en la maleabilidad de su fórmula. Mercurio. Azogue, plata líquida, es unidad y corpúsculos con un sólo movimiento de escisión. Así el poema da versos que se lanzan como balas liquefactas y sinuosas. Así también el cuerpo de la amante se desprende de su parte desde el todo y pare |