A lo largo de los doce relatos de Una boca sin dientes, Jorge Vargas Chavarría nos guía a través del horror del trauma, del miedo a lo desconocido y del camino, a veces tortuoso, del niño hacia el adulto. El terror adquiere aquí formas sibilantes: la casa del abuelo, un apocalipsis, cacerías humanas, mudanzas, una sombra bajo un columpio... Lo inquietante -lo sabemos- es multiforme, y en los relatos de Vargas toma apariencia de cotidianidad, porque lo fantástico es, a veces, tan real que nos sobrepasa. |