Las personas soportan desdichas, grandes o pequeñas, crueles o trágicas, porque a lo largo de su vida se encuentran con obstáculos que están obligados a superar para seguir avanzando existencialmente: la muerte de los seres queridos, el dolor que supone la emigración, los problemas económicos como consecuencia del desempleo, la violencia doméstica, el deterioro de la seguridad del niño ante el abandono escolar, los conflictos con la familia, etc. Sus consecuencias se hacen visibles en el contexto relacional, que a su vez, repercuten en las personas más cercanas agravando la situación de conflicto por la dificultad que tienen para regular las emociones, originando la incomprensión del resto del mundo, lo que finalmente les puede llevar a aislarse socialmente |