Esta historia comienza con un kaláshnikov y termina, cincuenta años después, con unas flores. Todo en un balcón de Beirut. Esta es la historia del periodista occidental que más tiempo lleva como corresponsal en Oriente Medio. Tomás Alcoverro editó artículos de Josep Pla, vivió el París de 1968, invitó a García Márquez a una paella en Badalona cuando el novelista no era conocido y voló con Josep Tarradellas en la avioneta que le devolvió del exilio. Pero, sobre todo, ha sido testigo directo de las convulsiones del mundo que se extiende entre El Cairo y Teherán: el entierro de Násser, el regreso de Jomeini y el Arafat de Septiembre Negro. Desde los mitificados kibutz israelíes de 1967 a la última gran explosión en el puerto de Beirut, Alcoverro cuenta historias que él siempre ha escrito con bolígrafo antes de pasar al teclado |