A veces tratar de corregir un error es el mayor de los errores; sobre todo si lo que nos mueve es conseguir a una mujer, una mala mujer. Por algo muerte se escribe en femenino. Bellón trabaja como encargado de la seguridad en un club de postín, donde los jugadores piden cartas y empujan los billetes acariciando la cabeza de una chica debajo de la mesa. Cuando una de ellas es agredida, Bellón es despedido y Saritos, la gerente del club, pone en entredicho su valía. Pero Bellón no puede dejar que el asunto quede así. Se juega el poco orgullo profesional que le queda y la posibilidad de seguir soñando con seducir a Saritos. Comienza entonces la búsqueda del agresor en la que Bellón irá descubriendo que nada es lo que parece, que el ser humano empeora en las distancias cortas y que la muerte sigue esperando que la saquen a bailar. Segunda entrega de la seríe de Bellón donde el protagonista va de aquí para allá ganándose la vida como puede. Su pasado se borra cuando pega la oreja a la almohada, y todo vuelve a empezar cuando sus pies se meten en los zapatos cada mañana. Es la vida la que le busca y él se deja llevar. Quién sabe, la vida es caprichosa. Quizás algún día, Saritos, al verle aparecer en la puerta del club, corra al mueble bar a echar hielo en dos vasos. |