Corren los tiempos mágicos del pasado y del presente y del futuro: los tiempos mágicos de Carmen Conde en los caminos y de los paisajes que pintaba Jan Josephszoon van Goyen, de las sonatas de Sophie Lebrun y de quienes se sirven del diccionario de las confiterías. Corren tiempos distintos entre si —unos años, otros siglos—, y sin embargo vivimos en la misma época, acaso la del lenguaje que se encuentra con el mundo, y choca contra él. Con este big bang estalla la poesía de Mario Obrero, y funda una era nueva. |