Canta el gran Joaquín Sabina esa pregunta sin respuesta de ¿quién me ha robado el mes de abril? Y a él, como a todos nosotros nos robaron una primavera entera ese aciago mes de marzo de 2020. Un trimestre en el que vivimos una existencia entre paréntesis temerosos ante el enemigo invisible de una pandemia cuyo origen todavía está por descubrir y sometidos a un caos de desconocimientos, incapacidades y mentiras. Una tragedia que nos usurpó la libertad y nos costó, sólo aquí en España, más de 119.000 vidas inocentes, pero que también nos ofreció ingentes muestras de solidaridad, humanidad, abnegación y sacrificio por parte de profesionales sanitarios, militares, policías y miles de ciudadanos anónimos cuyo ejemplo sirvió de consuelo y de esperanza. Para ellos estos versos de denuncia, lamento y libertad, que acompaño de unas reflexiones periodísticas que ilustran sobre las amenazas de la nueva era postcovid. Para ellos y para todos nosotros los que vivimos aquellos tiempos infaustos de tormenta. |