Las inacabadas 'Soledades', que pudieron haberse convertido en prodigiosa sinfonía de cuatro movimientos, fusionas modelos y rastros dispares para revitalizar el legado neopetrarquista, a la vez que ensayan la dolorosa respuesta ideológica de Góngora ante la crisis del reinado de Felipe III. Y todo (o casi) lo necesario para descifrar este contra-discurso se cincela en lo que hemos denominado 'retablo emblemático', identificable -no sin cierta flexibilidad- con la 'Dedicatoria' y los primeros 320 versos de la 'Soledad de los campos'. En esta sección, que introduce en un mundo nuevo no solo al poeta y a su peregrino, sino a la literatura del Siglo de Oro y al lector de cualquier tiempo, las formas icónico-verbales de Alciato, Orozco, Covarrubias y sus herederos brindan una pista fecunda a la hora de explorar el gesto de desafío de las silvas del cordobés. |