La sociosofía continúa el planteamiento que en la Modernidad dio origen a la sociología y asegura que el ser es lo social, pero añade una serie de elementos: que ni la sociedad u orden instituido ni las socialidades o potencias instituyentes dan cuenta por sí solas de lo social; que tiene un carácter sagrado; que desde hace 2.500 años está siendo estimulado por el arquetipo fratriarcal, superador del trascendentalismo patriarcal, así como del inmanentismo matriarcal; y que solo el esoterismo —aunque reformulado, pues nunca prestó mucha atención a lo social y solo recibió la influencia del arquetipo patriarcal—, puede permitir elaborar el conocimiento y la praxis que el nuevo punto de vista demanda. Para desarrollar este objetivo el autor, además de flirtear con el gnosticismo, saberes chamánicos y miradas postpolíticas, inevitables tras los últimos terremotos políticos, escribe encima de textos clásicos del esoterismo para imprimir en ellos el enfoque sociosófico y desplegar así un amplio abanico de conceptos e instrumentos |