Dos cosas escuché en mi ya larga vida dentro del feminismo que me dejaron asombrada. La una fue en los años 80 y la otra una década después. La primera, que si se deseaba realmente la igualdad en la posesión de bienes y derechos , las mueres debían dejar de parir y ser sustituidas por úteros artificiales.. Me pareció un dislate y me lo sigue pareciendo. Lo que hay que conseguir es una sociedad que, montada sobre la igualdad y el cuidado, los resuelva sin mermas significativas para las mujeres. La otra ocurrió un par de décadas después: Que la manera en que las mujeres podrán ser individuos de pleno derecho y minimizar sus problemas de opresión era echarse constantemente crema de testosterona hasta alcanzar bigote. Ya no supe si, como la primera, era una simpleza y no llegaba ni al estatuto de broma. Las mujeres, todas las mujeres que habitamos el mundo, necesitamos una sociedad que nos espere libre e iguales. Venimos trabajando en ello desde hace tres siglos y edificando con esfuerzo,pero también con gozo, una Civilización Feminista |