Salomón Goldfarb es viudo y ha pasado largo los sesenta. Cerró su localcito de cueros y vive del alquiler. Intenta seguir con su vida pero la soledad lo abruma. Entra en aquel círculo -literalmente vicioso- del ansiolítico y el desvelo; y una tarde, en busca rutinaria de la receta mensual, un médico nuevo de la prepaga lo lanza a circular. Salo, bajito, inseguro siempre, decide salir a la conquista y comienzan allí sus aventuras. Frecuenta teatros, talleres literarios, seminarios de filosofía. Abre una cuenta en Tinder; recupera el contacto con su prima, a quien no ve hace décadas; se acerca a su vecina del piso de abajo; se va de camping; baila; hace de extra en una película y hasta se une a un grupo de activistas provida. Sin demasiado éxito, pero decidido a lograrlo como sea, Salo se convierte en el patrullero del amor. |