El recurso de apelación es tan antiguo como el juicio y aunque se mantenga su estructura clásica como recurso ordinario, devolutivo, revisor de hechos y de derecho, lo cierto es que a lo largo de los años se ha visto sometido a una importante evolución derivada del obligado respeto de las exigencias propias del modelo de juicio justo o proceso debido, tanto en su dimensión constitucional como supranacional y que, como es bien sabido, ha dado pie a la construcción sobre la materia de una importante jurisprudencia emanada tanto de nuestro Tribunal Constitucional, como de los órganos jurisdiccionales supranacionales, con especial incidencia de aquella emergida de las decisiones del Tribunal Europeo de Derechos Humanos
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