Fugitivo de la dictadura franquista, Josep Palau i Fabre llegó a París en 1945 con la idea fija de conocer a Picasso. ¿Qué esperaba de este encuentro? ¿Qué podía ofrecerle Picasso humanamente? ¿De qué manera podía incidir en su trayectoria de escritor? El 27 de junio de 1947 Picasso recibió a Palau i Fabre en su estudio de la rue des Grands Agustins y se inició una relación llena de contrastes: pasión y sacrificio, adoración y sentimiento de culpa, remordimiento y amor filial. Consciente de estar viviendo una experiencia única, fue anotando los recuerdos de estas visitas. Hasta 1960, como si se tratara de unas memorias. A partir de 1963, en un dietario apasionante. Picasso aparece en Nôtre-Dame de Vie, en la Costa Azul, en su entorno familiar, rodeado de amigos, conversando y dibujando: creador superdotado y espíritu de contradicción permanente. Un momento excepcional es el mayo del 68, que Palau i Fabre vivió en casa de Picasso. Publicado por vez primera en 1997, la edición que hoy presentamos, despliega visualmente Querido Picasso. Además de las obras de Picasso de la colección Palau i Fabre, actualmente en la Fundació Palau, incluye documentos gráficos que permiten acompañar a Josep Palau i Fabre en su aventura junto al artista más grande del siglo XX. |