Ya desde la portada podemos intuir que no es pacifismo al uso lo que Armando Unsain nos ofrece en su poemario. Su palabra es un machete afilado que desbroza los desmanes del engaño capitalista; y es bisturí preciso que desentraña lo humano allí donde no parece haberlo. La paz de la que nos habla Unsain es un artículo de saldo, es acomodo, rendición, atrofia. La vía pacífica es para el poeta una vía pecuaria, y el mundo occidental anda embaucado en una trashumancia, sucedáneo de libertad, guiada por los perros del sistema. |