Estamos ante un libro imprescindible para contextualizar las indagaciones formales y temáticas de la postmodernidad literaria. Se trata de una espléndida combinación de crónica de viaje, ensayo, diario y novela autoficcional de una autora precursora del feminismo y la búsqueda de un espacio de enunciación femenina: Flora Tristán. Si la historia (y la historia de la literatura, del pensamiento, de la política) fuera justa, que no lo es, el nombre de Flora Tristán sería, para cualquiera, sinónimo inmediato de Derechos Humanos, protofeminismo, marxismo y anticapitalismo avant la lettre. No solo fue teórica, perspicaz analista de las contradicciones de su tiempo, notable ensayista, sino militante sindicalista, propagandista de sus ideas, activista, dos facetas –la calle y la pluma– que aún hoy cuesta conciliar, pese a que sabemos de la importancia clave de su combinación inteligente. |