Y sí… / Ahí estás tú… / sentada a mi lado, / o mirando al oscuro horizonte / en una noche fresca de verano… / A lo lejos, / el rumor de las olas imperceptibles, / y el murmullo de aquellos que van / —un día más— a faenar. / Esos barcos que se van… / parecen llevarse —con ellos— nuestro tiempo. / Tiempo, que frente a nosotros, / sólo nos trae oscuridad… / No obstante, / aun con tinieblas en la noche, / las estrellas y la Luna nos acompañan, / para iluminar, / incandescentemente, / nuestro pesar. / Y entre tanto, / el uno al otro nos acompañamos en silencio. / Ambos pertenecemos al que se sitúa a nuestro lado, / sin ni siquiera tenernos que hablar… |