En la figura de Francesc Xavier Llorens y Barba le envuelve un halo especial. Un aire entre mítico y misterioso. El poeta Joan Maragall, en 1901, proclamó aquello de "[A Llorens i Barba] Le veneramos Tanto y le conocemos tan poco". Más tarde, Eugeni d'Ors diría que el filósofo de Vilafranca del Penedès era "para las nuevas generaciones de Cataluña, un turbador enigma". Y pocos años después, Rovira y Virgili constataría que "existe una desproporción entre los méritos de Lorenzo y Barba y el conocimiento que se tiene de su vida y de su obra". Intuimos que Llorens i Barba es un nombre especial de la historia del pensamiento catalán, pero aún hoy nos cuesta saber decir exactamente por qué. Hace años que nos encontramos en esta situación. En resumen, sabemos poco, pero le atribuimos mucho. |