Por lo general, los partidos políticos han tenido mala prensa. En México, como en otros lugares, se les ha acusado de ser organizaciones que monopolizan la participación política y excluyen a los ciudadanos. Sin embargo, desde el siglo XIX, el pensamiento político mexicano manifestó propuestas que reconocían las virtudes de encauzar la participación cívica a través de partidos políticos. Ecos de aquellas discusiones todavía se pueden escuchar al comenzar el siglo XXI, de modo que este libro resulta pertinente no sólo para el público especializado sino, principalmente, para el ciudadano que se pregunta si los partidos son un medio a través del cual sus demandas son atendidas o, más bien, un impedimento para que su voz sea escuchada. |