Este libro revive la emoción que colma la víspera de los nacimientos y recupera la honda idea del asombro frente a lo ya nacido. El joven Ernesto Delgado posee el donde descubrirnos la extrañeza del mundo y nuestra propia extrañeza; en su voz respira el inocente, germina la estrella y fluye la cañada de la temporalidad. Entremos con élen el fósforo para revelarnos; entremos con él en esos círculos concéntricos, hermano lector, porque más allá de los cercos y hospitales, más allá de la oscurísima miseria delas ínsulas, su dolor todavía canta a la maternidad luminosa de lo humano |