Más que escritor, Inongo-vi-Makome se considera a sí mismo un simple cuentista o cuentero, ya que se siente heredero de la tradición narradora de sus antepasados del África negra. Así, esta obra es para él otro cuento donde intenta razonar sobre la supervivencia del hombre en la tierra. En tiempos pasados, muchos de sus ancestros, aun conociendo la existencia de Dios en el cielo, consideraban sin embargo la tierra como el hábitat eterno de los humanos, tanto en esta que podemos considerar como la «primera vida», como en la «segunda vida» que viene después de la muerte. En las dos «vidas», el hombre centraba su existencia aquí abajo, en la tierra. Pero con la llegada de las diversas creencias religiosas traídas por los extranjeros, la tierra dejó de ser lo que era para convertirse en una simple «estación de paso» hacia el cielo, que sí sería el verdadero hábitat del hombre. spa
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