Hilario Godínez no tiene perdón de Dios. Se lo dice a sí mismo una y otra vez. Y es que es un perdedor, un idealista que escogió estudiar letras por culpa de una débil e injustificada vocación literaria y que ahora, en una ciudad del norte de México, se dedica a escribir la columna deportiva del periódico "El Sol de Hoy" con un futuro profesional poco estimulante. Su vida sentimental no es más satisfactoria. A punto de cumplir los cuarenta, su relación más estable es la que mantiene con una desconocida que lleva quince años escribiéndole cartas de amor. Esta existencia mediocre y previsible se ve súbitamente perturbada cuando los sicarios de un peligroso narcotraficante irrumpen violentamente en la redacción del periódico en el que trabaja como represalia por la publicación de una noticia relacionada con el descubrimiento de un cadáver desmembrado. La aparición de nuevos cadáveres impulsa a Hilario a dar un paso adelante en su vida e investigar por su cuenta, hasta que los acontecimientos lo alcanzan. Un libro póstumo que evoca la lírica de la mejor literatura de Antonio Sarabia |