Nadie hablará de nosotras es una tentativa de nombrar lo que aún necesita ser nombrado. Un diálogo con la madre muerta, un reencuentro necesario y solo posible más allá del tabú, un apthapi con la muerte a este lado de la vida. Un recuento de las asesinadas y sus asesinos, un grito a la barbarie, un hartazgo que no rima, una respuesta rotunda, un feminismo para vivir. Un amor nada romántico, un amor lesbiano, un amor al que le apetece salir a pasear a las calles, como a todos los amores. Una brújula que apunta al Sur, un desenfoque repentino, una vuelta a un Occidente que enmudece, que destierra, que deshumaniza. Nadie hablará de nosotras es todo eso, pero sobre todo es un homenaje a las mujeres, a las muertas y a las vivas que, siendo conscientes o no, estamos reescribiendo la historia. |