En 1917, año del fallecimiento de Joaquín Dicenta, aparece póstumo su volumen Mujeres (Estudios de mujer), en el que se recogen veinticinco retratos femeninos seleccionados entre lo más granado de sus crónicas y cuentos. En sus páginas se recopilan y contraponen diversos arquetipos –burguesas a la moda, damas adúlteras, ancianas mendigas, huérfanas, madres trabajadoras, prostitutas- que sirven al autor para catalogar las injusticias de la época en tres dimensiones que afectaron significativamente a la mujer: el liberalismo industrial, que agravaba las diferencias de clase dejando desprotegidos a los más débiles; la moral burguesa, el sistema de valores de la Restauración, que reducía a las mujeres al ámbito familiar y fomentaba la hipocresía y el materialismo; y finalmente los albores del feminismo, con su reivindicación de igualdad y libertad |