Las empleadas de escritorio –esos sujetos urbanos que nacieron en los primeros años del siglo XX con la expansión de las burocracias públicas y privadas– fueron personajes protagónicos del mundo del trabajo. No obstante su creciente presencia en las oficinas, habían sido soslayadas hasta ahora. Graciela Queirolo analiza aquí la particular experiencia profesional de dactilógrafas, taquígrafas-dactilógrafas y secretarias, cuya emergencia cambió para siempre la fisonomía de la ciudad, de los lugares de trabajo y de la organización familiar. Para ello presta atención a sus condiciones laborales, sus procesos de capacitación profesional y los discursos que los sindicatos y el campo cultural les adjudicaron. De esta manera, este libro ingresa al mundo de las oficinas desde una perspectiva analítica que entrecruza género y clase, y se suma a la historia social del trabajo. |