¿Qué piedra vertical de engarce vincula los tres libros que componen MENHIR? Quizá no sea una solamente sino varias: la obstinación de no desvanecerse ante el olvido, la intensidad de la palabra para insistir en lo inútil, en lo pasajero, la mirada maravillada que rescata objetos de un museo y conversa con ellos por si recuperasen su magia original y, sobre todo, el aprendizaje de un misterio lunar que brilla en el agua de ser mujer y en su tierra acogedora. MENHIR es único y diverso, un signo de resistencia que preserva el verdadero hecho poético. |