El fluir del agua equivale al fluir del tiempo que siempre avanza. «Avanzar con un atado de recuerdos / bajo el brazo». En el poema «Memoria de agua» que da título al poemario, afirma que «el agua va, pero nunca vuelve / de su destino alegre». Aquí viene Heráclito quien nos dicta que «en la vida todo fluye» y no podemos tocar la misma agua en el correr de un río. Entonces, la poeta nos invita al disfrute del tiempo, a un carpe diem, ya sea en el amor, aunque sea solo un recuerdo o un sueño: «déjame amarte / solamente amarte» o en el poema «Las acacias» donde «los sueños se enredan en nostalgias». |