Matías Barrio y Mier, jurista y político, catedrático y abogado, diputado y decano de las Facultades de Derecho de las Universidades de Oviedo y Madrid, carlista de pro, piadoso ciudadano, cacique electoral e historiador tradicionalista, fue el claro exponente de una fracción de su generación isabelina. En ella, él mismo se fraguó, luego, durante la Restauración, como un templado adalid político y entusiasta abogado defensor del conservadurismo social, el integrismo religioso, el nacionalismo monárquico dinástico de Dios, Patria, Rey y Fueros, el providencialismo y el ahistoricismo estatalistas, el uniformismo jurídico-político y la centralización administrativa. El estudio de su vida e ideas, en la Academia y el Parlamento, la cátedra y el foro, la tribuna y las redacciones de los periódicos, permite conocer a un intelectual teórico y, al mismo tiempo, a un pragmático político, Jefe Delegado en España del Pretendiente Carlos VII, entre 1899 y 1909, año de su muerte. Ahora bien, su pensamiento reaccionario no debe inducir al error de suponer que vivió recluido en su estricto mundo de creencias tradicionalistas |