A la novela negra, tal y como la conocemos desde hace ya demasiados años, vamos a tener que empezar a mirarla por el espejo retrovisor. Veremos cómo, poco a poco, se hace pequeña y desaparece en el horizonte, detrás de nosotros. Estamos ante el nacimiento y el auge de una nueva novela negra. La renovación del género consiste en desencorsetarlo, en hacerlo reventar por sus propias costuras y en dilatarlo de tal manera que sea capaz de inmiscuirse en el tuétano de otros géneros y de otros estilos, tomando de ellos todas aquellas soluciones narrativas que necesite para sus propósitos. David Llorente es el máximo exponente de esta transformación del género. Con Te quiero porque me das de comer (premio Memorial Silverio Cañada 2015) trastocó todas las normas del noir |