Lo cotidiano y lo esotérico se dan la mano en la última novela publicada en vida por Venturini, el relato de las secuelas que le dejó un accidente doméstico. Compuesta cuando Venturini tenía noventa años, comparte la escritura enfebrecida y desatada de las dos novelas previas, y el gusto por alterar el lenguaje para dotarlo de una simpleza que desarma al que se acerca. De paso, también la propia biografía, en la que, como un reflejo de esos espejos deformantes, el relato devuelve una vida contrahecha, ajena y fabulosa a un tiempo. |