La historiadora del arte Linda Nochlin sostenía que toda política del cuerpo es una política de género, específica de un determinado periodo y de ciertas prácticas artísticas. Un buen ejemplo es el presente libro, dedicado a exudar la masculinidad en la formación del franquismo: ¿cuál es el cuerpo bueno y cuál el malo? ¿Dónde empieza la gloriosa erección? ¿Cómo se reconoce a una babosa? ¿Cómo se representa al que se asesina? Mediante un itinerario trazado con mojones iconográficos presentes en numerosos formatos expresivos de la época (pintura, literatura, cine, escultura, cómic, arquitectura), Rivas Venegas construye un formidable artilugio iconológico con el que destapar el modo en que el otro (ese hombre sin hombría, esa furia sin tesón y flácida) fue creado por el franquismo durante la guerra y en los primeros años de su victoria. Pero lo notable en el argumentario funcional de este libro es que habla en presente, aunque el temperamento de su autor no lo haga obvio. Solo un ermitaño podría desconocer los renovados discursos supremacistas de género que se despliegan en la actualidad. Atenazados por lo que consideran una "pérdida de sustancia" y sujetos a una falsa imposibilidad natural de procesar la rica complejidad que proporciona el feminismo(s) y el fin de la heteronormatividad, estos nuevos profetas de la virilidad se presentan con yelmos sobre torreones o en postura de jarras llevando calzones deportivos y sudaderas militares sobre los picos de las montañas, repartiendo ceniceros y defendiendo la mística penetradora de la muerte taurina. |