A lo largo de su longeva y fecunda existencia, Azorín dejó repartidas aquí y allá, entre las páginas de sus libros y en las columnas de los periódicos en los que colaboró como articulista, multitud de reflexiones sobre su amor a los libros y su afición a la lectura. Testimonio de ello es esta original antología de sus escritos, a cargo de Francisco Fuster, que bajo el título de Libros, buquinistas y bibliotecas, constituye la más completa y documentada exposición de la filosofía azoriniana sobre el libro y la lectura. «La librería es como un pequeño porche, un lugar abierto en el que los transeúntes entran y salen a su placer, sin saludar, sin decir nada, sin pedir permiso a nadie. La gente circula por entre los montones de libros; toma unos; deja otros; lee un rato; curiosea a su sabor.» Azorín |