«Leyendo este libro se conoce bien a ese desconocido injusto que no debiera serlo que se llama Santiago Ontañón, pero no sólo eso. También se disfruta de un panorama profundo de aquella época maravillosa que interrumpió el golpe de Estado de 1936 y que no sólo estuvo hecha de mujeres y hombres geniales a la hora de escribir un poema o una novela, rodar una película, pintar un cuadro o componer una melodía, sino también, o quizás habría que decir por encima de todo, de personas generosas, inteligentes, solidarias y divertidas cuyas existencias fueron, de un modo u otro, segadas por la barbarie porque, en cierta forma y si se me permite la metáfora, la bala que mató a García Lorca los atravesó a todos. Llevarnos hasta los rincones más domésticos de esos seres humanos excepcionales cuya importancia en nuestra cultura es esencial es un mérito que Las pasiones de Santiago Ontañón consigue de manera portentosa. Estoy seguro que todos sus lectores lo recibirán con gratitud, y les aseguro que ésa es la primera palabra que se me ha ocurrido en cuanto he leído la última palabra de este magnífico trabajo de Esther López Sobrado». Del Prólogo de Benjamín Prado. |